Seguramente en más de una ocasión se te haya olvidado cambiar el cepillo de dientes. Sabes que debes hacerlo, pero no tienes claro cada cuanto… Además, tampoco parece que esté tan mal, ¿verdad? ¿Para qué ibas a cambiarlo si está como nuevo? O, por el contrario, esperas a que esté muy deteriorado para hacerlo.
Hoy te queremos contar por qué es importante que cambies tu cepillo de dientes, cada cuánto debes hacerlo y algunas otras consideraciones que a lo mejor no sabías.
¿Lo vemos?
Por esto deberías cambiar tu cepillo de dientes
Esto es una cuestión de higiene. Al igual que no te pondrías la misma ropa interior dos días seguidos, tampoco puedes utilizar un cepillo de dientes cada cierto tiempo. Esta herramienta te ayuda a limpiar tus dientes y encías y evitan que los gérmenes y las bacterias se desarrollen en tu boca.
En ocasiones estos agentes pasan de las cerdas del cepillo a tu boca de nuevo y así sucesivamente. Y, lo sabemos, no es muy agradable de pensar, pero la realidad es esa.
Si utilizamos demasiado un mismo cepillo de dientes, puede convertirse en un cúmulo de bacterias que no queremos que se hagan un huequito en nuestros dientes, así que, por el bien de tu boca, debes cambiar tu cepillo.
Entonces… ¿Con qué frecuencia se debe cambiar el cepillo de dientes?
Sí, sí, todo esto que te hemos contado está muy bien, pero todavía no te hemos contestado a la pregunta principal: ¿cada cuánto hay que cambiar el cepillo de dientes? Los expertos y dentistas recomendamos hacerlo cada 3 meses por un simple motivo. Este es el plazo máximo que debe durarte un cepillo para mantenerlo en buen estado, pero hay algo que debes tener en cuenta.
Hay algunas circunstancias que, si se dan, debes cambiar tu cepillo antes de estos 3 meses.
- Si se te abren las cerdas.
- Si estás enfermo.
Vamos a verlo en profundidad.
Cambia tu cepillo de dientes si las cerdas se han abierto
Si las cerdas de tu cepillo han empezado a abrirse o a desgastarse, entonces es el momento de tirar tu cepillo de dientes y hacerte con uno nuevo.
¿Por qué ocurre esto? Si ejerces una fuerza excesiva mientras te cepillas los dientes, tu cepillo puede durarte mucho menos. Por eso es importante que detectes esta práctica, porque no solo afectará a tus cepillos, sino también a tus encías.
Si haces demasiada presión de las cerdas en ellas, vas a provocar su recesión y todo lo que conlleva: tanto problemas funcionales como estéticos.
Cambia tu cepillo de dientes si estás enfermo o no te encuentras bien
Mira, ojalá el cepillo de dientes pudiera destruir las bacterias de tu boca o protegerte de enfermedades para evitarlas. Pero la realidad es que solo te ayuda a limpiar tus dientes para evitar que germinen las bacterias.
Por lo que, si has tenido alguna enfermedad que se contagia fácilmente como una gripe, tu cepillo de dientes tendrá bacterias que pueden hacerte recaer una vez te hayas recuperado. Y como sabemos que a nadie le gusta recaer en estos aspectos, es importante que cambies tu cepillo cuando tu salud vuelva a la normalidad. Sí, aunque no hayan pasado los 3 meses desde que lo cambiaste por última vez.
Pero no solo debes ser consciente de cada cuánto debes cambiar el cepillo, sino que cómo guardarlo y limpiarlo también influye. Si sigues estas indicaciones, serás capaz de prevenir la multiplicación de bacterias y afecciones bucales como las caries o las enfermedades periodontales.
Haz esto para guardar tu cepillo de dientes
Si quieres evitar estar expuesto todo el tiempo a las bacterias, estas pautas para guardar tu cepillo de dientes te van a ayudar.
Aunque debes tener en cuenta que es prácticamente imposible conseguir una ausencia completa de microorganismos en el cepillo, pero sí lograrás reducir su presencia en gran medida.
- Lávate las manos antes de lavarte los dientes.
- Enjuaga el cepillo después de usarlo.
- Deja que las cerdas se sequen.
- Separa tu cepillo del resto.
- Utiliza enjuague bucal.
Vamos a verlas en profundidad.
Lávate las manos antes de lavarte los dientes
Y más ahora con una pandemia de por medio, es importante que antes de tocar tu cepillo te laves las manos con agua y jabón para evitar que los microorganismos de las manos se transporten al cepillo.
Enjuaga el cepillo después de usarlo
Estamos seguros de que este hábito ya lo tienes como parte de tu rutina, pero debes asegurarte de que queda bien limpio incluso frotándolo un poco con los dedos.
No solo te ayudará a quitar los restos de pasta de dientes, sino también todos los alimentos que se han podido quedar atrapados entre las cerdas.
Deja que las cerdas se sequen
Lo mejor es que dejes tu cepillo de manera vertical, con las cerdas mirando hacia arriba y que no la tapes con el capuchón hasta que esté seco. Recuerda que las bacterias prefieren los lugares húmedos y cerrados para crecer.
Separa tu cepillo del resto de cepillos y no lo compartas
Es muy habitual que utilicemos el mismo cepillero para toda la familia y en realidad esto es un error. Los cepillos no deben estar en contacto porque las bacterias pueden pasarse de unos a otros.
Usa un enjuague bucal
Y, por último, para que tu cepillo esté lo más libre de microorganismos posible, puedes sumergirlo una vez a la semana en un colutorio antibacteriano.
Si tienes cualquier duda sobre tu cepillo de dientes o sobre tu salud bucodental, recuerda que estamos por completo a tu disposición. Solicita una cita con nosotros y te resolveremos todas las dudas que tengas sobre este y cualquier otro tema.