¿Alguna vez te has planteado los problemas que puede generar la pérdida de un diente para una persona? Más allá de las complicaciones estéticas que supone, puede derivar en problemas de salud bucal si no se trata con rapidez.

Cuando desaparece una pieza de la boca, las adyacentes comienzan a moverse a causa de un desequilibrio que se ha generado en la estructura dental. ¿La consecuencia? Se complican muchas de las actividades cotidianas que realizamos en nuestro día a día, como puede ser masticar.

Por suerte, cada vez existen remedios más eficaces para solventar estas situaciones. Si quieres conocerlas, tan solo sigue leyendo.

Cómo sustituir un diente que he perdido: ¿qué es lo primero que tengo que hacer?

 Cuando una persona pierde un diente, tiene a su disposición una serie de alternativas para paliar este problema. Aunque no todas son igual de eficaces a medio y largo plazo, tanto el dentista como el paciente pueden escoger lo mejor para cada caso concreto.

Sin embargo, de entre todas las opciones existentes, las prótesis fijas siempre son la mejor opción. ¿Quieres saber por qué?

#1 Prótesis fijas: la mejor opción para el paciente.

Aunque tradicionalmente las prótesis removibles han sido las más habituales, la opción de los implantes dentales es mucho más interesante.

  • Es una opción poco agresiva. No conlleva impacto o estrés en los dientes vecinos. Por lo tanto, su implantación es sencilla.
  • Son mucho más cómodas. El hecho de no tener que extraerlas para las labores de higiene permite que estén siempre acopladas en la posición exacta.
  • Pueden durar toda la vida. Si se cuida de manera adecuada, los implantes dentales son realmente duraderos.
  • Mejoran la masticación. A diferencia de las prótesis removibles, las fijas permiten recuperar la función masticatoria. Se consigue una sensación semejante a los dientes naturales.
  • Se adaptan a la boca. El porcentaje de éxito de estos tratamientos es muy elevado, lo que evita la pérdida de hueso con el paso del tiempo.
  • Mejora la estética dental. Ofrecen una apariencia mucho más natural que los implantes removibles.

A pesar de que perder un diente no es una experiencia agradable, reemplazar las piezas dentales es un proceso muy seguro y satisfactorio.

#2 Puente: ¿por qué ya no es una solución efectiva?

Durante mucho tiempo, la opción más empleada a la hora de resolver los problemas con los dientes perdidos era la colocación de un puente. Sabemos por experiencia propia que el nombre puede llevar a muchas confusiones. Por eso te queremos explicar cómo funciona esta técnica.

Un puente consiste en utilizar los propios dientes del paciente como puntos de apoyo para sustituir la pieza perdida. Para ello, se reduce el tamaño de los dientes adyacentes y se coloca entre medias una pieza protésica.

Como te puedes imaginar, este tratamiento tenía una serie de ventajas y de desventajas que llevaron a que se dejara de utilizar.

  • La principal ventaja era su tiempo de reposición. En poco más de dos semanas el diente estaría completamente sustituido.
  • El inconveniente es la necesidad de reducir el tamaño de los dientes pilares y, por tanto, eliminar gran parte del esmalte del diente y crear hipersensibilidad.

Aparato movible: más un remedio temporal que definitivo

 La principal diferencia entre el aparato removible y el implante dental es que en este caso no se cementan las piezas dentales. De esta manera, el paciente tiene la posibilidad de retirarlo en algunas ocasiones, pero la imposibilidad de asemejar su uso a un diente natural.

Con esta medida, acciones como el acto de masticar no se sustituyen.

¿Cómo se realiza paso a paso un implante?

 Se trata de un procedimiento que es bastante sencillo en la actualidad. Durante la primera cita se realizan fotografías y radiografías de la boca del paciente. En algunas ocasiones se necesitará también un escáner o TAC para asegurarse de ciertas particularidades. Con este estudio se identifica la cantidad y la calidad del hueso que tiene el paciente y ayuda a la planificación del tratamiento.

En muchas ocasiones será necesario fabricar una prótesis provisional (férula) que el paciente lleve puesta durante la exploración radiológica y que el escáner identifique también la posición en la que el dentista desea colocar las piezas.

Durante la primera cirugía, se colocarán los implantes. Antes de volver a colocarse la prótesis provisional, el dentista deberá realizar un ajuste de la misma para asegurarse de que no se sobrecarguen los implantes durante el tiempo que necesiten para soldarse al hueso.

El hueso debe cicatrizar alrededor de los implantes durante un período aproximado de tres meses y entonces, si los implantes se encuentran tapados bajo la encía, se realiza la segunda cirugía, para comprobar que los implantes se encuentren integrados .

Durante esta, el cirujano expondrá los implantes e insertará el segundo componente que emergerá a través de la encía. Tras ello, comprobará que los implantes estén fijos y sin pérdida de hueso.

Para terminar, el dentista especializado en la fase de la restauración comenzará a fabricar la prótesis fija. Una serie de procedimientos que incluyen:

  • Impresión preliminar.
  • Impresión final.
  • Encerado
  • Pruebas de metal.
  • Pruebas de cerámica.
  • Inserción de la prótesis.

Tras ello, se iniciará una serie de citas regulares para reevaluación de la prótesis y asegurarse de que todo funcione bien.

¿Quieres que el tratamiento funcione? Asegúrate de cuidar de la higiene

Sea cual sea el tratamiento seleccionado por el dentista, su funcionamiento depende del mantenimiento de la higiene oral. Sean naturales o protésicos, todos los dientes necesitan cuidados a medida.

Por ello, si vives en la zona de Alcorcón te animamos a que conciertes una cita con tu dentista de confianza. Cuanto antes acudas, más posibilidades habrá de poner en marcha un tratamiento efectivo y que dé un resultado rápido y funcional.